Modelos
Cooperativa
Las personas miembros hemos construido y seguimos en el proceso de desarrollar un proyecto intencional de vivienda colaborativa, que nos permita alcanzar un desarrollo pleno, tanto a nivel personal, como familiar y comunitario.
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Se centra en el protagonismo de las personas que componemos el grupo, fomentando la vida en comunidad, por medio de la autogestión participativa y cooperativa de espacios y servicios comunes, como el comedor, huertos, zonas multiusos, lavandería, biblioteca y otros, manteniendo los espacios privados totalmente equipados e independientes.
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El edificio en su conjunto ha sido diseñado teniendo en cuenta nuestras necesidades presentes y futuras, siguiendo un proceso de co-diseño participativo, dando el máximo de importancia al confort y la salud de las personas, contemplando que sean edificios eficientes energéticamente, en consonancia con el clima y aprovechando al máximo las fuentes de energía renovable.
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Derecho de Uso
El derecho de uso es un modelo de acceso a la vivienda al margen del mercado especulativo.
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Las formas más conocidas en la actualidad de acceder a una vivienda son el alquiler y la compra, pero existen otras opciones como es el derecho de uso. Esta alternativa, basada en el modelo Andel, es aún bastante novedosa en España, sin embargo, tiene una tradición de más de 40 años en otros países europeos como Dinamarca, Holanda, Alemania, Suecia, así como Uruguay, EEUU y Canadá.
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El derecho de uso consiste en que la propiedad del inmueble es colectiva, es decir, pertenece a la cooperativa. Por lo tanto, nunca se podrá adquirir en propiedad, solo se disfruta en usufructo de por vida. Podría decirse que es un modelo entre el alquiler y la propiedad, que permite gozar de una vivienda, espacios comunes y servicios.
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Con este modelo, las personas residentes en la cooperativa no podrán vender, subalquilar o transformar en propiedad privada, aunque los familiares de primer grado sí podrán heredar el capital social aportado por la persona fallecida, siendo la cooperativa la que decida el derecho al uso, teniendo en cuenta los criterios establecidos para la lista de personas socias expectantes.
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El desarrollo de las cooperativas de viviendas colaborativas en cesión de uso nace para facilitar modelos de vivienda que sean más sostenibles, que hagan la ciudad más habitable, disminuyendo de esta manera la especulación inmobiliaria.
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Las cooperativas de vivienda de cesión de uso no se disuelven al terminar la construcción, sino que existen mientras dure el edificio.
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El derecho de uso puede ser indefinido en el tiempo, transmitido y heredado. La persona cooperativista lo adquiere mediante el pago de una cuota de entrada inicial que recupera al abandonar la vivienda y lo mantiene con una cuota mensual equivalente a un alquiler.
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Aspiramos a ser una de las primeras Cooperativas Integrales de Viviendas y Consumidores y Usuarios, en régimen de cesión de uso, reconocida en Canarias.
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Modelo de atención integral centrado en las personas
El modelo de Viviendas Colaborativas o cohousing proporciona un entorno que favorece la Atención Integral Centrada en la Persona (AICP), es la que promueve las condiciones necesarias para la consecución de mejoras en todos los ámbitos de la calidad de vida y el bienestar de la persona, partiendo del respeto pleno a su dignidad y derechos, de sus intereses y preferencias y contando con su participación efectiva.
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Este modelo favorece la sostenibilidad del sistema y se sustenta en los siguientes principios:
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Autonomía personal (control de la propia vida). Se logra gracias a criterios de diseño basados en la diversidad y el empoderamiento, propios del modelo y metodologías que se están desarrollando por parte del grupo.
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Participación: derecho a estar presentes y participar de las actividades, también en las decisiones que se toman dentro del entorno físico y social de la Cooperativa. Se logra gracias a un diseño basado en la accesibilidad universal y en los criterios de interdisciplinariedad de los cuidados.
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Integralidad: los recursos se organizan desde un criterio de globalidad, para dar respuesta a las necesidades bio-psico-sociales del ser humano.
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Individualidad: siendo cada persona única, se emplearán criterios de flexibilidad y atención personalizada. Tanto las personas residentes del cohousing, como las profesionales contratadas, han de hacer efectivo este principio.
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Inclusión social: derecho a ser miembro activo de la comunidad. Las decisiones acordadas establecerán los mecanismos para garantizar la libre participación. La atención asimismo se basará en un criterio de proximidad y enfoque comunitario.
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Independencia: para garantizarla, los sistemas de atención co-diseñados en la Cooperativa, y las personas contratadas para tal fin se basarán en un criterio de prevención, rehabilitación y visibilización de capacidades.
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Continuidad de los cuidados: cada uno de los miembros de la comunidad recibirá el cuidado preciso en cada momento según las circunstancias cambiantes. Para ello es fundamental contar con un criterio de coordinación y complementación de los cuidados entre todo el equipo multidisciplinar.
Modelo de diseño participativo
Crear con éxito una comunidad de cohousing es una tarea bastante compleja, que requiere entre otras cuestiones, un grupo humano muy cohesionado y el apoyo de personas técnicas especializadas que nos faciliten herramientas para avanzar en el diseño participativo.
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Casi un año y medio antes de la adquisición de una parcela para ubicar nuestra comunidad, iniciamos el proceso individual y colectivo de colaboración y participación, en el diseño de la arquitectura de nuestra comunidad, siguiendo una metodología participativa, democrática, respetuosa y solidaria.
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Garantizar el éxito de una comunidad de cohousing en el sentido arquitectónico, dependerá de haber consensuado unos criterios perfectamente definidos que contemplen los objetivos, prioridades y necesidades del grupo, las características del lugar, el tipo de edificación, la accesibilidad, la ubicación de las instalaciones comunes, las actividades que deseamos realizar o compartir en los espacios comunes exteriores e interiores, los aspectos energéticos, el número de viviendas, la conexión entre viviendas privadas y los espacios comunes.
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En definitiva, construir un modelo real que fortalezca los lazos sociales entre las personas que conformamos la comunidad y un modelo arquitectónico viable, sólido y duradero. Todo ello, ha sido posible, después de muchos encuentros y talleres, culminando a principios de enero de 2023, con el ajuste final del modelo consensuado.
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La imagen siguiente nos muestra el proceso de diseño participativo de las viviendas colaborativas, llevado a cabo por VIVIRE CoHousing
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Creear un itinerario de diseño participativo